sábado, 9 de febrero de 2008

Usté dirá

Es nuestra nueva mascota. TEndrá sobre unos 30 años y le faltan casi todos los dientes. No es un borracho, ni un drogadicto, ni gentuza; simplemente... está ido.

"Usté dirá" es su carta de presentación.

-¿Me daría un vaso de agua, usté dirá? ¿Eh? ¿Sí? ¿Usté dirá?

-Unas bravas, ¿eh? ¿Usté dirá? ¿Me invitaría? ¿Eh? ¿Mari?

No se por qué se ha empeñado en que me llamo Mari y así me llama siempre. Claro que tampoco le he sacado de su error, para qué.

Lo que nos hace reír es que, cuando le ponemos el vaso de agua -embotellada, no vayais a creer que le damos de la asquerosa agua del grifo que tenemos por aquí-, con una mano coge el vaso y con la otra se protege las pelotas; ¿tendrá miedo a que el agua salga tal como entra? Echa el culo para atrás, la entrepierna hacia adentro, la mano apretando por si acaso.

Cuando acaba el primer vaso, pide otro.

-¿Otro más, usté dirá? ¿Eh? ¿Si?

Se lo damos, por supuesto. Lo bebe de un tago y pide otro.

-¿El último, eh? ¿Usté dirá?

Y es el último, no quiere mas.A veces, cuando hay mucho trabajo, le damos directamente la botella (1'5 litros) y se va tan contento, con una cara tan llena de felicidad, que solo por eso te alegra todo el día.

Es como un niño, un niño grande, que "nos quiere a petar".

1 comentario:

malatesta dijo...

Hay más gente averiada de la azotea de las que pensamos. Algunos pasan por normales y están peor que el "usté dirá".
La próxima vez que aparezca le dices que un recuerdo de parte de un espadachín gaditano. O lo arreglas del coco o lo terminas de volver majareta.