viernes, 17 de agosto de 2007

DIOS VUELVE EN UNA HARLEY

Una amiga que ha pasado por aquí pero no ha dejado comentario (¿qué os pasa? ¿tenéis miedo a que os muerda si no me gusta el comentario?) me ha hecho una sugerencia que me ha gustado.

Veréis, cuando me toca currar por la mañana entre semana, paso tres horas completamente sola y, cuando ya he cumplido con mis obligaciones, me siento y me pongo a leer en los ratitos en que no viene nadie. Bueno, pues mi amiga me ha sugerido que haga una critica destructiva de los que NO me han gustado; dice que tengo una especial habilidad para convertir en una ridiculez cualquier argumento sin importar lo trascendental que pueda llegar a ser.

He aceptado el reto y aquí va el primero.


DIOS VUELVE EN UNA HARLEY

Dios se llama Joe y va en una Harley de un lado a otro dando a la gente mandamientos con los que vivir y ser feliz. El centro de sus desvelos se llama Cristina, tiene 37 años y lo único en lo que puede pensar es en que Joe tiene un revolcón que te cagas. O sea, la tía se encuentra con Dios cara a cara y en lugar de rompérsela (la cara) para darle las gracias por toda la mierda que la humanidad esta tragando por culpa de su ineptitud a la hora de crearnos, lo único que hace es sonreír y pensar en el culo tan estupendo que tiene.
Dejando de lado este detalle, pensar que una mujer con 37 años que tiene una vida que es una autentica porquería, y no me refiero a una persona que ha nacido en un gueto, con oportunidades reducidas si no nulas, si no a una blanca con carrera (es enfermera jefe de la unidad de traumatología de un hospital importante), cuyos únicos dos problemas son: estoy gorda y no tengo con quien follar.
Y a eso se dedica nuestro Dios motero llamado Joe, a arreglarle la vida a una niñata de 37 años (porque lo de niñata no tiene nada que ver con la edad, sino con la actitud ante la vida), que no ha sabido que hacer con su vida regalada y que va de victima por la vida.
Si a mi me visitase ese Dios, le daría una patada en los cojones y le robaría la moto. Es lo único que vale la pena de toda la novela.

2 comentarios:

Raúl Uribe dijo...

Uuuyyyy... La verdadera pregunta es ¿por qué te atreviste a leer semejante porquería? Que mierda de libros. ¡Y cómo abundan, por Dios Santo!

¿Sabes qué eso es lo único que les permiten leer acá a los presos? Si un día voy a la carcel y no me queda más remedio que leer esas pendejadas de libros, no sé que voy a hacer...

Pero no te escribía para eso. Te escribo para platicarte una divertida conversación telefónica con el asesor de la asistencia técnica telefónica de la compañía que ditribuye el internet acá:

-Oiga, le llamo porque no puedo navegar- le digo yo, muy amable.

-¿Y por qué?- me pregunta el muy imbécil.

-Pues no se, eso es lo que me gustaría que usted me dijera.

-¿No puede abrir nada, ni el mensajero?

-Coño... que no.

-¿Y por qué?

-Puta madre, pues no lo sé. El ingeniero en informática es usted no yo- le contesto ya con merecida impaciencia.

-¿Está todo bien conectado?- me pregunta el animal.

-Sí, caramba, todo muy bien conectado sólo que no puedo navegar por internet.

Y qué crees que me contesta el palurdo...

-¿Y por qué?

Grrrrr. Por temprano que te levantes y a donde quiera que vayas, ya estás lleno de pendejos.

Saludos.

FASTFOOD DOS MANOS dijo...

pendejos y bien requetependejos, ja ja ja. Yo diria que la contaminacion y el calentamiento global afecta mucho mas las mentes que al planeta, ja ja ja.
Pues tienes razon en preguntarte por que leo estas cosas... Influencias de las malas compañías... ¡Leetelo, leetelo, veras que bonito! Debi desconfiar en el mismo momento en que mi amiga uso la palabra "bonito".