COOKIES y no las del ordenador, precisamente

Os advierto que lo que sigue a continuación puede ser sumamente desagradable…

Daros por advertidos.

No me asustan los borrachos agresivos; no me corto con los garrulos mal educados; si alguna vez he tenido que darle un tortazo a alguien para que me respetara, lo he dado; cuando es conveniente, mi boca se convierte en cueva de ladrones obscenos y malhablados, y he usado su vocabulario contra clientes gilipollas; todo eso sin arrugarme ni un ápice.

Soy valiente, ¿no?

Pues grito como una niña a la que le han quitado un caramelo cuando veo cierto bichito de color oscuro, plano, con muchas patas y dos antenas laaaaaaaaaaaaargas, llamado cucaracha. No puedo con ellas. Mi imaginación se desborda y recuerdo cierta película de cuyo titulo no me acuerdo, en que una criada muy mala le daba de comer a una vieja invalida y ciega, también muy mala, sopas de pan con cucarachas. ¿Y quien no se acuerda de las cucarachas parlanchinas de “el cuchitril de Joe“?

No hay ningún bicho que me de mas asco que ese, ni siquiera el parasito de Pocholo Martinez-Bordiu.

Cuando me encuentro una, que gracias a Dios no es muy a menudo, no puedo ni pisarla sin gritar esperando que mi grito ahogue el “chaf” que hace al ser aplastada, pero ni por esas. Y lo que mas rabia me da es que tanto la tienda como el almacén están plagados de aparatitos que emiten ultrasonidos que se supone que las ahuyenta. Yo juraría que cuando nos vamos salen de sus escondites y se juntan en grupos cerca de los aparatitos, agrupadas según sus tendencias musicales, formando tribus urbanas cucarachiles, y se ponen a bailar y a ligar entre ellas. Cualquier día por la mañana encontraremos restos de mini-botellones dispersos alrededor de los aparatitos ultrasónicos.

¡Y lo gordas que están las hijaputas! ¡Que no se yo que narices deben comer, si siempre queda todo superlimpio!

¿Sabéis que las cucarachas ya existían hace doscientos millones de años? ¿Y que si le cortas la cabeza a una, seguirá viviendo hasta que muera de inanición?

En fin, espero que no empezarais a leer esto mientras estabais comiendo, porque si ha sido así, a buen seguro que os habréis atragantado…