El protagonista, Thomas Lang, ex-policía -destinado en Irlanda- y ahora pistolero a sueldo, pedante y estúpido, cínico e irresponsable, amante de las motos, tiene una pasmosa facilidad para meterse en problemas y acabar siendo vapuleado por todo tipo de matones y facinerosos.
En este lio se mete por pensar con la punta del nabo en lugar de con el cerebro y a causa de dos tetas, se ve envuelto en una trama de espionaje, saboraje, asesinato y terrorismo internacional.
Mientras lo leía, se me hacían cada vez más evidentes las similitudes entre el carácter del personaje de la novela y House, el personaje interpretado por Hugh en la serie del mismo nombre.
La novela, narrada en primera persona, pretende ser irónica, pero tanto sarcasmo acaba cansando. Esto, unido a una trama que no engancha y a un protagonista que acabas odiando por gilipollas, hizo que no pasara de la mitad.
Solo recomendada para entusiastas de House.
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